miércoles, 6 de junio de 2012

03 Introducción al Análisis de la estructura de Residencia en la Tierra, Apartado 3 del blog

  
  
  







(Apartado 3, o tercer artículo del blog)
fernando reyes franzani





LA ESTRUCTURA DE ‘RESIDENCIA EN LA TIERRA’
de PABLO NERUDA



“Cuando un pensamiento se nos ofrece como una verdad que conoce todo el mundo y nos tomamos el trabajo de desarrollarlo, encontramos que es un descubrimiento.” 

Isidore Ducasse.
Conde de Lautréamont.



INTRODUCCIÓN



Primero, breves palabras sobre lo que se hará, y por tanto lo que van a leer. En el contenido, será la presentación de un avizoramiento de la estructura global de Residencia en la Tierra. En la forma, leerán materiales extraídos desde un libro que no ha sido publicado. Estos materiales se los extraerá desde ese libro, y en el orden en que allí se encuentran, con muy pocas alteraciones realizadas para su presentación en este blog.
 
Tengan en consideración que la redacción se realiza suponiendo que existe ya un primer libro publicado, El análisis de Galope Muerto. Y que esto aquí, es una segunda entrega: El análisis de la Estructura de Residencia en la Tierra.
  
Por la razón anterior, la forma de la entrega es como si fuera una cita del libro del cual estos textos serán extraídos. En vez de usar comillas, en esta primera entrega se usarán las expresiones inglesas Quote,(inicio de la cita) Unquote (fin de lo citado). Para las sucesivas entregas esas expresiones ya no se explicitarán.
  
Comencemos: Consideraciones metodológicas:
 
  
 
QUOTE
 
Esta es la ‘segunda entrega’ de una obra mayor “Contribución a la crítica de ‘Residencia en la tierra’ de Pablo Neruda”.
 
La ‘primera entrega’ fue el “Análisis, comentario, y estructura, de <Galope muerto>”, donde se realizó un análisis verso por verso del poema.
 
(Y la entrega y media contiene los anexos).
 
En esa primera entrega se descubrió que ‘Galope muerto’ está construido en tres planos intralazados; aborda cuatro modos de contenidos formados, en sus interrelaciones; y tiene una forma o apariencia externa necesaria regida por una esencia velada y encubierta; por lo cual se lo aproximó por la figura de una serpiente de Moebius.
 
Se hizo hincapié que la forma estructurante de todos sus contenidos es la de oposiciones dinámicas, a veces simples, a veces complejas, contenidas en “Cenizas”, lo disgregado pero potencialmente activo, (lo pasivo potencial-lo activo en despliegue; y en particular, lo que alguien debe hacerse para renacer), y también en su mismo nombre, ‘Galope muerto’. Se mostró, además, desde el punto de vista de sus textualidades, que existen inmersos en él otros dos planos simultáneos a los anteriores: la vida del joven Neruda, y la obra de Nietzsche “Así Habló Zaratustra”, aún cuando en principio, y por ciertas razones tal vez valederas, tal vez no, se desechó el último de los planos. Y una serie de otros detalles que deben ser leídos en esa entrega, y en la entrega y media.
 
Para llegar a la determinación de la estructura de ‘Galope Muerto’ fue necesario elucidar primero su análisis de contenidos formados, esos procesos de opuestos, su base sonora, su ritmo a lo galope, su estricta manera lógica de resolver los contenidos verbales de acuerdo a la forma estructurante, tomando al poema como un todo independiente del resto de “Residencia en la Tierra” y de la propia vida del joven Neruda; y, fundamentalmente, los cambios de piel, las modalidades del hablante subordinadas a los momentos del poema, pero activas y estructurantes de esos momentos.
 
‘Galope Muerto’ es el poema que inicia “Residencia en la Tierra”, es el poema que la rige. (Esto no tiene nada que ver con la manera histórica en que los poemas fueron escritos. Esta apreciación se basa y se funda en la manera en que los poemas fueron presentados en libro).
 
En particular se apreció, que a diferencia de interpretaciones canónicas, el hablante de ‘Galope Muerto’ es un individuo aislado pero racional, absolutamente controlador de sus decires y de las emociones que pretende infundir, conocedor que el tiempo de la naturaleza es progresivo a tal punto que ella se auto trasciende al emanar de ella misma vida consciente, vida inmaterial, y que por tanto, a pesar que sus procesos son de vida, de integración y desintegración de materia, (donde la desintegración es sólo un momento necesario a la vida, la ceniza verde, es su dinámica, su origen y mediación), la muerte está contenida en los procesos de desintegración de la vida consciente: la consciencia es lo que muere, lo que se va al vacío, a la inmovilidad, a la nada; lo cual crea el drama en los seres humanos: su conciencia se desaparecerá. El problema se presenta, por tanto, en la contradicción paradójica: en dónde está la trascendencia, si la conciencia se desaparece, porque el “alma” es mortal, increada desde, y por, un ser trascendente, el cual sólo existe de modo imaginario, por y en el molino de las formas.
 
El hablante de Galope Muerto, plantea así el problema fundamental desarrollado en el texto, en su escritura que es una lectura, (lectura consciente o inconsciente de la visión de mundo del demiurgo): se debe construir la trascendencia para que la vida no sea un Galope Muerto. La trascendencia no le es dada desde afuera. El hablante es un ateo materialista. Del mismo modo que el propio poema es un galope Muerto, a menos que de él, alguien lo haga un galope Vivo, leyéndolo, apropiándoselo, y en especial, incorporándolo a la consciencia de la especie.
 
La trascendencia, de esta manera, sólo está en el actuar de modo trascendente, en acciones que se incorporen, por sus consecuencias, a la consciencia de la especie: ya sean obras de palabras o de cambio de forma de materias. Por ejemplo, la religión es trascendente, las poleas, los motores, también; son trascendencias de la especie. El individuo muere, la especie permanece. El hablante de ‘Galope Muerto’ es un ser consciente, racionalmente consciente, de su muerte individual en el horizonte de su vida: “más bien, cuando solo una hora / crece de improviso, extendiéndose sin tregua”, (la hora en que se toma conciencia de que la muerte, como desintegración, rige también los procesos de la vida consciente: verdadera muerte, desaparición, en la nada, de la conciencia).
 
El hablante no considera que el simple actuar sea trascendente. Y hasta califica los actuares trascendentes, según su apreciación, en válidos o simplemente basados en los aspectos metafísicos del molino de las formas: basados y derivados del lenguaje humano, pero que inciden de modo hasta material en sus actuantes: construyen conventos, campanas, forman comunidad, construyen caminos, poleas, motores.
 
El hablante se aparece de esa manera dominado por el problema de lograr, de construir su propia trascendencia. Pero además el hablante es un poeta: su oficio, su trabajo, es usar palabras para hacer poesía; además de ser un hablante en poesía, es decir, hecho de palabras. Y se manifiesta simultáneamente como un ser aquejado de una ausencia de amor, o de amores frustrados.
  
Como hablante poético que es, no es más que un ser construido en palabras, y que se dedica a construir poemas con palabras. Toda una metafísica de la palabra, y del papel actuante del individuo y su consciencia.
 
El tema, ahora en presentación, es la estructura de “Residencia en la Tierra”. Para abordarlo ya no es posible hacer una lectura verso por verso de todos los poemas y desde allí inferir la estructura, ni adecuado, ni productivo, además: inconducente.
 
Necesariamente ahora el problema es más complejo. Se debe realizar una lectura tentativa cuyo objetivo sea avizorar la estructura, y desde ese avizoramiento, regresar a los poemas para re conformarlos en sus roles y perspectivas, y desde ellos construir-elucidar la estructura definitiva, si es que existiera, o darse por vencido en el intento, y aceptar que la tal estructura no existe, o el analista no se la pudo. Son varias las lecturas simultáneas que deben ser realizadas.
 
De suyo se comprende que eso ya se realizó, en la aproximación tentativa. Estamos presentando los resultados de esa primera aproximación y a la vez, se introducen las correcciones que los análisis sucesivos sugieren. Por ello es que esta presentación no se la hará como si el todo ya estuviera plenamente determinado, que se lo puede hacer; se la hará desde una escritura intermedia; una que irá indagando, obteniendo resultados, verificándolos, dejando cabos sueltos, dudas, resolviéndolas, para finalmente mostrar la ordenación orgánica definitiva que permita leer los poemas estructuralmente ligados, y no como unidades independientes. De suyo, y necesariamente, se realizará esa la lectura final, texto por texto según el orden estructural, y hasta se introducirán correcciones al orden estructural si la lectura final lo aconsejara.
 
(Alguien podría argumentar que nunca, los poemas, se presentaron como unidades independientes, porque todos ellos están en la voz de Neruda. Entonces la lectura no sería literaria sino que historiógrafa-sicológica. Eso es también un hacer válido, pero no es, éste hacer; o, porque están todos regidos por la voz de un hablante, pero ya sabemos desde el análisis de ‘Galope Muerto’ que éste es un hablante que cambia de pieles, y por tanto, si aquello no se lo constata, ni se lo asume una vez constatado, induce necesariamente la conclusión de que es un hablante disgregado, lo cual engendra una lectura del todo como el de uno disgregado, eso también se lo ha hecho; al respecto se afirma: el análisis que ahora usted está leyendo tampoco es de ese tipo; o, también hay lecturas que se han realizado desde una intuición de la totalidad, y han sido las más eficaces, pero jamás queda del todo claro, cuál, y por qué, ésa totalidad intuida es la verdadera totalidad rectora, y, en la apreciación de este analista, se introducen constataciones del todo valederas pero no del todo bien interpretadas que inducen obscuridades o superaciones nebulosas, y, más serio, inexactas. La lectura que aquí se desplegará, por esas razones, primero será la búsqueda de la lectura del todo, su estructura fundante, y después de encontrar aquello, si se lo encuentra, desplegar la lectura totalizante de ‘Residencia en la tierra’ y desde allí, sus partes, (los poemas).
 
Se podría continuar hacia otras lecturas derivadas, pero no necesariamente se lo hará o ésta no termina nunca, y lo mejor es enemigo de lo bueno, como nos enseñaba a sus hijos, nuestro padre. Serían temas como: La concepción del tiempo y del espacio en el hablante; el materialismo del hablante; la naturaleza que percibe el hablante; la sociedad residenciaria; los modos poéticos usados por el hablante; y otras lecturas de ese tipo. No se lo hará de modo sistemático, pero, y es imposible que así no sea, esos temas encontrarán despliegues parciales a medida que el tema rector sea desarrollado).
 
Uno de los problemas fundamentales es que desconocemos el rango de la validez de lo ya descubierto en el análisis de ‘Galope muerto’. Sabemos que rige a todo el mundo residenciario, pero no sabemos de qué manera lo hace, cómo lo hace, cómo se concreta ese regir; hay, o no, cambios de piel del hablante que lo hagan, por razones objetivas, enunciar desde otros limbos como contrariadores al de ‘Galope muerto’. (¡Y los hay!). Pero, en la medida que sea posible explicar el por qué de los cambios, las contradicciones dejan de serlo insuperables, y se armonizan desde la estructura, si se la obtiene.
 
UNQUOTE
 
  
 
Fernando Reyes Franzani
 
Hasta aquí para el tercer artículo, las primeras 7 páginas del texto desde donde se extraen estos apartados.
 
frf 08-junio-2012
 





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