miércoles, 6 de junio de 2012

04 Primera aproximación tentativa a la Estructura de Residencia en la Tierra

   
  







(Apartado 4, o cuarto artículo del blog)
 
 
fernando reyes franzani
  
(Aconsejo al lector que tenga a mano un texto con Residencia en la Tierra: le ayudará a cotejar y seguir los decires).
 
 
 
 
PRIMERA APROXIMACIÓN TENTATIVA A LA ESTRUCTURA DE RESIDENCIA EN LA TIERRA
 
  
 
Residencia en la Tierra son dos libros: ‘Residencia en la Tierra 1’, y ‘Residencia en la Tierra 2’. Hay un tercero llamado ‘Tercera Residencia’. Ese tercero no será tomado en cuenta. No es residenciario. Hacia el final se probará el motivo de la afirmación.
 
Esos dos textos, el 1 y el 2, se los considerará un solo libro. También se mostrará la razón profunda de ello.
 
Son poemas construidos a lo largo de diez años de la vida de Neruda. Desde 1925 a 1935. Desde un joven Neruda de 21 años a un adulto de 31.
 
Es casi abismante que poemas construidos a lo largo de diez años, hayan sido dejados al interior de una estructura compleja y sutil. Pero así fue. Para lo cual Neruda hasta tachó, dejó afuera, poemas creados durante esos mismos años. Poemas que resultaron ser no residenciarios. Se lo mostrará también. Y necesariamente corrigió y readecuó los poemas para la obtención de la estructura implícita en que los dejó. (Un ejemplo: escribió a un amigo que su libro sería llamado <Colección nocturna> en 1927, y más adelante cambió de opinión y decidió que sería “Residencia en la tierra”, y readecuó y dio forma, que también se probó no definitiva, a finales de 1929, momento en que además al parecer readecuó el conjunto que hasta el momento llevaba escrito, y a comienzo de 1930 escribió un poema con el nombre de ‘Colección nocturna’, y dejó fuera otro no del todo bien identificado). Ver “Neruda, la biografía literaria” de Hernán Loyola, página 424, donde los hechos se interpretan de otro modo, pero muestran lo referido: Neruda estructuraba.
 
En todo caso, ésta no será, no puede serlo, una lectura genética. (Pero una tal lectura sería muy interesante e instructiva de realizar después de la estructural, detectando las modificaciones y constatando el por qué de ellas; por lo demás el material de base ya existe en las investigaciones de Hernán Loyola; pero aconsejaría primero determinar el orden cierto de escritura de los poemas con confirmación en primeras publicaciones, y dejar abierto la fecha de producción del resto. En el desarrollo de este trabajo se entenderá mejor el por qué de estos decires.)
 
En adelante nos olvidaremos de Neruda, de su vida, (ojo: en la medida de lo posible, que, como tontería que es, se mostrará imposible). Nos concentraremos exclusivamente, en lo estructural, en el hablante residenciario que es, a no olvidar, un poeta: ése que entraba cantando como con una espada entre indefensos.
 
“Residencia en la Tierra” está en su apariencia divido en dos partes: 1 y 2. La primera parte subdividida en cuatro sub-partes: 1.1, 1.2, 1.3 y 1.4. La segunda subdividida en seis sub-partes: 2.1, 2.2, 2.3, 2.4: (titulada “Tres Cantos Materiales”), 2.5, y 2.6. (Se ha substituido 1 en vez de I, 2 en vez de II, etc. para un más fácil seguimiento; en la numeración romana original de las partes de los libros, muy bella puede parecer la numeración romana, pero no es la más adecuada para mostrar series de fácil atrape, y, cuando se trata de sumar y comparar, los árabes fueron superiores en gracia de los indios).
 
Del lado de la parte 1:
 
1.1,   que incluye a ‘Galope Muerto’, presenta 20 poemas. De los cuales 4 están en cursiva.
 
1.2,   6 poemas, de los cuales 5 se presentan en prosa. Ninguno de los 6 en cursiva. (Nunca más reaparecerán poemas en prosa, como si fueran, y los son, los únicos de esa característica).
 
1.3,   4 poemas. 1 en cursiva; y,
 
1.4,   3 poemas. Ninguno en cursiva.
 
En total, 33 poemas, de los cuales, 5 en cursiva, y 5 en prosa. (Curiosa simetría).
 
Del lado de la parte 2:
 
2.1,   4 poemas. De los cuales 2 en cursiva, y un tercero que finaliza en cursiva. (¡Un poema que realiza extraña interrelación! ¿Significará algo?).
 
2.2,   6 poemas. 1 en cursiva.
 
2.3,   3 poemas. Ninguno en cursiva.
 
2.4,   3 poemas. Ninguno en cursiva. Es la sub-parte con título independiente: “Tres Cantos Materiales”.
 
2.5,   3 poemas. Ninguno en cursiva; y,
 
2.6,   4 poemas. 1 en cursiva. (Como si al final, existiera el cierre de los poemas en cursiva).
 
En total 23 poemas. 4 en cursiva, otro mezclado, y ninguno presentado en prosa.
 
En el total de “Residencia en la Tierra”: 56 poemas. De los cuales 9 en cursiva. Otro finaliza en cursiva. Y 5 en prosa.
 
Presentada así la materia contenedora, se parece a una estantería, o a casillas de correspondencia, donde los poemas han sido depositados. Eso no da para estructura que valga el nombre. Como papas en sacos, sacos de papas en dos grandes sacos; y esos dos últimos en otro. Sacos de poemas al interior de sacos de poemas al interior de un libro de poemas. Como una inmensa cantidad de libros de poesía en Chile; y en otros lugares.
 
Ni siquiera constatar que cada uno de esos poemas tiene un hablante modifica la apreciación emitida. (A menos que se logre probar que es siempre el mismo hablante, cambiando de piel). Algunos ingenuos, como los ingenuos de ‘Galope Muerto’, podrían creer que el hablante es Neruda... y esa sería la prueba!
 
Pero no hay tal. Si se aceptara aquello, no veo cómo se podría rechazar la hipótesis, arbitraria, que “Crepusculario” es parte también de “Residencia en la Tierra”, y que “Tercera Residencia” también lo es, y que “Alturas de Macchu Picchu” forma parte de ella, etc. etc. ya que todos esos libros también fueron escritos por Neruda.
 
Puesto que “Tres Cantos Materiales” fue primero publicado en separata, y sólo después vino a radicar en “Residencia en la Tierra 2”, en última mirada, se pertenece a “Residencia en la Tierra” o no, según Neruda lo haya decidido. ¡Eso es muy cierto!; pero ese voluntarismo de Neruda no forma la estructura de “Residencia en la Tierra”: solo arma un saco de poemas, como tres sacos al interior de otro. (“Residencia en la Tierra 1”, “Residencia en la Tierra 2”, y esta incluye “Tres Cantos Materiales”).
 
Si aquí disertáramos sobre estructuras, y de vez en cuando intercaláramos las palabras ‘hablante’ y ‘dinámico’, y ‘Residenciario’ y ‘todo’ y ‘parte’ y ‘muchas otras’, como función por ejemplo, al final mostraríamos que sabemos mucho de estructuras, y nada de la estructura de “Residencia en la Tierra”. (Solo mostraríamos que tenemos fe que la tal estructura existe, aunque no le hayamos podido agarrar el rabo, o, se nos haya transformado en un saco tan repleto que ya no tiene orejas.)
 
Hemos comenzado clasificando. Y no ha sido un mal comienzo. Apreciamos por dónde no va la respuesta. Se intuye por dónde debe ir. Y nos damos cuenta que si la tal estructura existe, es obra de Neruda, pero actualizada a través del hablante residenciario.
 
Es necesario afinar algo de la lectura de los poemas mismos. Al menos en lo más general.
 
  
 
  
UN AVANCE HACIA LA ESTRUCTURA DE RESIDENCIA EN LA TIERRA
 
  
 
Dejemos, analíticamente, de lado, por ahora, “Residencia en la Tierra 2”, y concentrémonos en la parte 1.
 
Tiene cuatro subpartes bastante dispares entre sí. La primera, toda en verso, con 20 poemas, de los cuales 4 están en cursiva, y se inicia con ‘Galope Muerto’ el poema rector de toda la Residencia. La segunda subparte contiene 6 poemas de los cuales 5 están presentados en forma de prosa. La tercera contiene 4 poemas de los cuales 1 es en cursiva. La parte cuarta tiene solo 3 poemas, y ninguno en cursiva, y donde aparece el poema final ‘Significa Sombras’.
 
Detengámonos en la distribución de los poemas en el total, y la distribución de los poemas en la parte 1.1, que es la más pesada en términos numéricos, y realicemos un análisis, apoyado en una lectura preliminar, de los poemas que parecieran significativos.
 
A Continuación las tablas numéricas de las distribuciones:
 
  
 
Distribución de textos en Residencia en la Tierra 1
Poemas en y de
En verso
En verso en cursiva
Total en verso
En prosa
Total de Poemas
1.1
16
4
20
0
20
1.2
1
0
1
5
6
1.3
3
1
4
0
4
1.4
3
0
3
0
3
Total
23
5
28
5
33
Frecuencia
69,7%
15,2%
84,8%
15,2%
100,0%






Tabla de frecuencias
1.1
69,6%
80,0%
71,4%
0,0%
60,6%
1.2
4,3%
0,0%
3,6%
100,0%
18,2%
1.3
13,0%
20,0%
14,3%
0,0%
12,1%
1.4
13,0%
0,0%
10,7%
0,0%
9,1%
Total
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%






Distribución y tipo de poemas en 1.1
1 Poema Rector
+ 9 poemas en verso, (3 en cursiva)
+ 1 poema divisor
+ 8 poemas en verso, (1 en cursiva)
+ 1 poema conclusor
= Total de poemas
Galope Muerto
6+3
Colección Nocturna
7+1
Sonata y Destrucciones
20
 
  
 
Estamos, por tanto, iniciando el análisis de la misma manera en que se inició el análisis de ‘Galope Muerto’: clasificando, a ver si se obtiene algo.
 
Y en la parte 1.1 se han hecho aparecer los poemas ‘Galope muerto’, ‘Colección nocturna’ y ‘Sonata y destrucciones’ como destacados, como divisores, como más significativos estructuralmente que los otros. Del primero y del último nadie pondría objeción alguna en destacar su realce, fueron dejados en la primera y en la última posición: si existe estructura valedera, aquellos son sitiales destacados en la distribución de poemas al interior de un libro que no sea simplemente un conjunto arbitrario de poemas.
 
El problema se presenta con ‘Colección nocturna’. ¿Por qué ese, y no otro, se lo debe considerar como estructurador también del subgrupo?
 
Existe una razón externa, superficial, y otra interna valedera. Comencemos por la menos importante: El joven Neruda, como lo muestra Hernán Loyola en “Neruda. La biografía literaria”, estuvo durante un cierto tiempo dominado por la idea de titular, a todos los nuevos poemas producidos hasta ese momento, <Colección nocturna>. Ese habría sido un título temporal del nuevo libro: antes que se residenciaran los poemas. Este hecho muestra, es, un índice de la validez de ese poema como divisor de la subparte 1.1.
 
Y las razones internas: Además, el poema en realce, reside en la posición undécima de 20 posiciones; si dejamos fuera ‘Galope Muerto’, por la razón que es el primero no solo del sub grupo sino de la totalidad, entonces, ‘Colección nocturna’ ocupa la posición décima entre 19, es decir, está en la posición media; si agregamos la lectura de los poemas, cualquiera notará que existen tres que tienen contenido y forma conclusiva, como si en ellos algo estuviera terminando: ‘Colección nocturna’, ‘Sonata y destrucciones’ y ‘Significa sombras’. Este último es el poema final de toda “Residencia en la Tierra 1”; y el anterior mencionado es el poema final de la subsección 1.1; esto deja ‘Colección nocturna’ en un sitial divisor de la subsección en que reside. Y establece a ‘Alianza (sonata)’ como el poema inicial de la subsección, un poema que no está en cursiva.
 
(Alguien, por ahí, situó a ‘Arte poética’ como el poema que cumplía ese papel. Eso no es más que descuido. Loable, pero inadecuado. Loable puesto que es un arte poética, (y se dice, el primero explícito construido por Neruda); sabemos que Neruda, ya había intentado varios, (sin tal nombre, pero con tal función: i.e. ‘Mariposa de otoño’, ‘Poema XX’, ‘La canción desesperada’), y además: ya sabemos que ‘Galope muerto’ es el verdadero arte poética de “Residencia en la Tierra”); inadecuado porque ‘Arte poética’ es un poema que reconoce jefatura, no es un capitán, es un cabo. ‘Arte poética’ está subordinado a ‘Tango del viudo’; es estructuralmente posterior a ‘Tango del viudo’, y, ¿curioso o significativo?, ambos están en cursiva.
 
La subordinación de ‘Arte poética’ a ‘Tango del viudo’ ya fue mostrada y probada por Hernán Loyola en “Neruda. La biografía Literaria”. (Es posible que lo haya hecho en libros anteriores también. No lo sé).
 
Recuerdo, sin citar el libro de proveniencia, los argumentos de Loyola: ‘Tango del Viudo’ contiene los versos: “He llegado otra vez a los dormitorios solitarios, / a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez / tiro al suelo los pantalones y las camisas, / no hay perchas en  mi habitación, ni retratos de nadie en las paredes.” (Toda una anticonstación de cómo es la vida, decorativa-segura, de los casados). ‘Arte poética’, (en la posición nada de significativa, décimo séptima), ecoiza. “tengo... / ...como un olor de casa sola / en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios, / y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores,”, y, también significativo, usan el mismo tipo de verso de arte mayor ambos poemas.
 
¿Y cuál es el poema que está en la posición numéricamente central, es decir, la inmediata anterior a ‘Colección nocturna’, si no se excluye a ‘Galope muerto’?: ‘Lamento lento’, ¡otro poema en cursiva! Algo, al parecer, Neruda se traía entre manos.
 
Porque, y es definitivo, si hay estructura que valga en “Residencia en la Tierra”, esa es obra de Neruda. Él deja al hablante de modo tal que organice la estructura, si es que existe. Un poeta no puede esperar que ella surja, si es que debe existir, por obra de los hados. Y ya se sabe cómo es que la logró al interior de poemas, que individualmente no eran más que un conjunto desorganizado de poemas, cuando reestructuró para “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”: ajustó al hablante e impersonalizó de varias hacia una, a las amadas que fueron tratadas poco menos que como naturaleza: blancas colinas, muslos blancos).
 
Las razones externas y las internas muestran que es ‘Colección nocturna’ el poema divisor de la sub-sección 1.1.
 
Pero agreguemos conclusiones significativas desde el análisis de ‘Galope muerto’, realizado en la primera entrega (aún no publicada):
 
se ha descubierto que el hablante es un ateo materialista, que está como atenazado entre las exigencia del amor y la exigencia del hacer porque es poeta”.
 
“El hablante de Galope muerto es un poeta, que además sufre de una ausencia, y se muestra en imágenes guerreras. En el resto de “Residencia en la tierra” debiéramos encontrar poemas de ese poeta. Debiéramos encontrar explicaciones de la lucha, de esa guerra, de ese otro asedio sobre las palabras. Debiéramos encontrar una explicitación de ese sentimiento de ausencia. Y debiéramos encontrar su respuesta actuante ante el misterio de la vida, a través de su hacer como poeta, o a través de su actuar para superar esa ausencia de amor.”
 
“Y si es un residir en la tierra, debiéramos encontrar indicios, sugerencias, percepciones, acerca de cómo es esa tierra, como es esa sociedad, en la cual vive lucha y sufre de ausencia. Por supuesto que también debiéramos encontrar los ausentes: quiénes y cómo son los otros residentes. Y si sufren o no de muerte.”
 
“El hablante de ‘Galope muerto’, ese ser hecho de palabras, y que vive para las palabras, (es un poeta), está entre dos acicates: su problema de ausencia, y la lucha con las palabras, y una exigencia: el ansia de trascender”.
 
Ya nos damos cuenta concreta de por qué ‘Galope muerto’ debía ser analizado primero, en sí, como momento rector, o jamás saldríamos de las apariencias que envuelven y manifiestan a “Residencia en la tierra”.
 
Regresemos a las áridas estadísticas mostradas en los cuadros. (Aconsejo sacar fotocopia, y ayudarse de la tabla, de lo contrario allá lejos atrás, y ahora como la que tengo sobre el escritorio, para su lectura; (la voy a buscar, se me quedó en la cucha)):
 
Pero antes, presentemos los poemas de la sección 1.1, con exclusión de ‘Galope muerto’, puesto que es el poema rector de toda la vida residenciaria:
 
  
 
Distribución y tipo de poemas en 1.1 (Excluido ‘Galope Muerto’)
1 Poema Inicial
+ 8 poemas en verso, (3 en cursiva)
+ 1 poema divisor
+ 8 poemas en verso, (1 en cursiva)
+ 1 poema conclusor
= Total de poemas
Alianza (sonata)
5+3
Colección nocturna
7+1
Sonata y destrucciones
19
  
  
 
¿No dice algo, re afirmativo, la aparición de una estructuración de posicionamiento exquisitamente simétrica? Y con ‘Colección nocturna’ en la posición central. (‘Arte poética’ está situado en la posición décimo sexta. Nadie niega su importancia como poema. Sólo se establece que no es una importancia estructuradora). En cambio los poemas inmediatos anteriores a los poemas divisores son ‘Lamento lento’ en cursiva, y ‘Ángela adónica’. Definitivamente, Neruda, está haciendo resaltar los posicionamientos en que dejó a los poemas. No cabe duda. Ya lo veremos.
 
(Y no crean ustedes que solo a un ingeniero comercial se le ocurre hacer uso de estadísticas, posiciones y distribuciones. Dámaso Alonso lo hizo para comparar el estilo de San Juan de la Cruz con el de Garcilaso, en obra citada en la primera entrega).
 
Desde el análisis de ‘Galope muerto’ sabemos que las menores sutilezas del hablante son significativas, y a veces, cruciales. ¿Por qué no habría de ser lo mismo, jugar un papel significativo, con las sutilezas, en la formación de la estructura de “Residencia en la tierra”?
 
En particular: ¿poemas en prosa, y poemas en cursiva: son meros adornos, las grafías? ¿Cuatro poemas en la sección 1.3, con el último de ellos en cursiva, es un idiótico capricho?, ¿cinco poemas en prosa, y cinco poemas en cursiva son una afortunada coincidencia? ¿Ningún poema en cursiva en la sección final, fue un olvido? ¿las llamadas canciones, son decorativos adornos, y como tales despreciables? Todo depende de ‘meras’ cosas. ¡Esa es la cuestión!
 
La prosa, en narrativa, a un lector, le dice que ‘algo allí ocurre’, o al menos ‘que algo debiera ocurrir’. Los versos, por el contrario, le indican, ‘si algo ocurre no es lo importante’, ‘más bien son emociones, significados formados en torno a emociones’; la prosa: el mundo real, (lo real inventado), los versos: el mundo de los sueños, (los sueños imaginados).
 
¿Y qué nos dicen las cursivas? Ah, es que se está citando. (Como ejemplo, lean “Neruda. La biografía literaria” y verán poemas citados en cursiva, y no entre comillas, que en “Residencia en la Tierra” no están en cursivas. Y cuando se citan los en cursiva, no se les adiciona comillas: ¿síntoma, para ese autor, de que las cursivas son adorno superficial, no significativo? Sí, pareciera que sí).
 
Por eso es que con “Residencia en la tierra” se está obligado a citar “Como cenizas,” y “Oh Maligna, ya habrás hallado la carta,” o cometeremos acciones reductoras, intencionales o por descuido.
 
Si las cursivas son significativas, entonces, el hablante residenciario, en los poemas en cursiva está “citando” de otro libro. Usa cursivas, lo cual lo exime de poner entre comillas. Si nosotros citamos una cita en cursiva, y no queremos perder algo importante, debemos citar entre comillas lo en cursiva, conservando las cursivas y no eliminándolas.
 
(No haciéndolo así, se comete un error, tal vez no intencional, en el que muchísimas antologías incurren con estos poemas en cursiva de “Residencia en la tierra”, ver por ejemplo, la de Rafael Alberti: y hasta en libros de análisis se lo hace, ver “Neruda la Biografía literaria”; lo que al menos indica, que a las cursivas de esos poemas no se les da ninguna importancia, como si fueran no más que un capricho gráfico de Neruda; en la antología de Alberti, pueden encontrar “Sólo la muerte” y “Vuelve el otoño”, presentados en grafía normal; y en el libro de Loyola, aparece ‘Galope muerto’ citado en cursivas!, al parecer indicando que es una cita?, y ‘Caballo de los sueños’ citado en cursivas no entre comilladas!, lo cual indica que a las grafías originales, cursivas o no cursivas, no se les ha dado la más mínima relevancia).
 
Ya tienen ustedes explicitada la intuición central que guió este trabajo de indagación.
 
Los poemas en prosa: algo allí ocurre. ¡Ocurre la residenciación del hablante!
 
Los poemas en cursiva: algo allí se sueña. Son los poemas del hablante residenciario que es un poeta. (Recuerden que Neruda no es el hablante residenciario, es el autor o demiurgo de los poemas). El hablante de ellos, de los poemas en cursiva, no es el poeta autor de Residencia en la Tierra, es el hablante del poeta residenciario que a su vez en un ser hecho de palabras. Un ser hecho en palabras creado por otro ser hecho de palabras. (Por supuesto que Neruda ha construido a ambos, pero aquí no estamos lidiando con la vida de Neruda, sino con una obra literaria, un libro de poemas.
 
Aquello, sí, pareciera ser una aproximación a una estructura de verdad, sutil, compleja, significante. Una que reestructura a los propios poemas, los distribuye, les da significado interno al libro “Residencia en la tierra”, que al menos se muestra como un libro que contiene a otro. Los poemas en cursiva son un libro al interior del libro donde radican.
 
Bueno, una cosa es tener una intuición. Otra cosa es probarla.
 
Similar intuición para con los poemas en prosa, son poemas que ya no son sueños, allí algo ocurre en la vida residenciaria: son poemas donde la vida residenciaria se construye en palabras, más específico: son poemas donde el hablante residenciario se residencia en la tierra y despliegan su vida residenciaria.
 
A una intuición se la puede rebatir con otra. Hasta se la puede desechar con la contra intuición, en su mismo plano.
 
Insistamos en las cursivas: Dos meses pasé dándole vueltas al hecho de por qué era ‘Tango del viudo’ el poema en cursiva, cuando me parecía a primera vista que lo debía ser ‘El fantasma del buque de carga’. Que Neruda los hubiera dejado así, no me parecía argumento suficiente. (Ya después nunca más dudaría de las sutilezas del demiurgo).
 
Como se ve, se está valorando el hecho de que el 18,2% de los poemas están en cursiva, y el 18,2% de ellos están en prosa.
 
La posición significativa de ‘Tango del viudo’, en cursiva, como remate de la sección 1.3. La perfecta distribución simétrica de los poemas, todos en verso, al interior de la sección 1.1, (donde, hipótesis en principio, no debiera pasar nada). Los relevantes lugares que en las subsecciones de 1.1 adquieren los poemas ‘Lamento lento’ en cursiva, y ‘Ángela adónica’. El hecho que la sección final, (la 4), concluyente, tiene tres poemas, ninguno en cursiva, el primero de los cuales, concluye respecto del hablante, el segundo, lo hace respecto del tiempo, y el tercero y final, lo hace respecto de toda la “Residencia en la Tierra 1”, con una explícita declaración de triunfo y permanencia del hablante residenciario, del poeta residenciario.
 
(Otras sutilezas tomadas en cuenta fueron: No hay imágenes guerreras, para nada, ni por asomo, en tres poemas: ‘Ausencia de Joaquín’, ‘Entierro en el este’, y ‘Ángela adónica’, (los tres poemas en verso). Como si diciendo: con la muerte no se lucha, es invencible. ¿Y qué dice en ‘Ángela adónica’?: lo dejaremos para más adelante).
 
¿Y los otros poemas de la sección 1.3? Esos tres poemas: ‘Caballero solo’, ‘Ritual de mis piernas’ y ‘El fantasma del buque de carga’, vienen a explicitar algo esperado desde el análisis de ‘Galope muerto’, y en esta primera aproximación, sugeriremos apenas lo necesario: ‘Caballero solo’, el problema subyacente de la ausencia amorosa, la soledad radical del hablante. ‘Ritual de mis piernas’ la explicitación en voz del hablante, cuando se hace sabio y representante universal del género, ya que se hace lo masculino y lo femenino, del papel metafísico distorsionador del molino de las formas, del lenguaje humano, y las extrañas formas de la percepción moral mediadas por el lenguaje. Y ‘El fantasma del buque de carga’ es la alegoría perfecta del mundo residenciario. Son, por tanto, tres poemas tal vez rectores, que deben tomarse en consideración en un nivel similar, y solo subordinados a, ‘Galope muerto’. (Se ha adelantado algo que deberá ser probado, o modificado si se encuentran razones para ello).
 
Nos queda ‘Tango del viudo’. Por su forma de estar situado en 1.3 es también un poema rector, posiblemente no global pero de “algo”. Por su posición en un sitial importante, y por su grafía en cursiva, debe ser el poema reestructurador, ya sea solo o en compañía de otro u otros, de “Residencia en la tierra 1”, o, fracasamos: no hay estructura que valga.
 
En fin, allí se encuentra otra sutil clave.
 
Pero no es solamente la intuición de lo significativo de las cursivas de 5 poemas, lo significativo de la prosa de 5 poemas, y el lugar que pareciera que ocupa ‘Tango del viudo’, poema en cursiva acompañado en su sección por poemas que parecieran rectores: ‘Ritual de mis piernas’, ‘Caballero solo’ y ‘El fantasma del buque de carga’.
 
Además se tienen otras tres extrañas singularidades que parecieran apuntan a indicaciones de estructura:
 
La luminosidad, metricidad, ritmicidad, tradicionales, de ‘Ángela adónica’, las que parecieran indicar, yo, este poema, tan distinto del resto de mis hermanos, soy así, tan diferente, por el papel significativo que juego: ténganlo en cuenta.
 
El estar en grafía de cursivas del poema ‘Lamento lento’, como diciendo: el que me parezca tanto a ‘Madrigal escrito en invierno’ no es más que una apariencia engañadora, con mis cursivas grito que soy otro muy diferente, otro es mi papel, otras relaciones soporto, indaguen.
 
Y, esa extraña forma de comenzar y de terminar de ‘EL JOVEN MONARCA’: se inicia con “Como continuación de lo leído y precedente de la página que sigue”, y ocurre que no es continuación de ‘EL DESHABITADO’, ni precede a ‘ESTABLECIMIENTOS NOCTURNOS; (los poemas que están en su entorno físico al interior del libro), como si insinuara: no me refiero a mi lugar aparente en el libro, aquello que ves, allí donde fui depositado, sino a mi posición significativa, a mi posición según consideraciones provenientes de la esencia, indaguen y verán; y termina, ese poema en prosa, contradiciendo su decir aparente anterior, con “lloro a mi ausente”, como para preguntarse ¿de qué ausente se trata? justo cuando está tendido junto a su esposa guerrera; pero a ella, la sitúa no al lado de él, el joven monarca, sino que al lado de ‘mi rumor tan venido de lejos’. Extraños decires contradictorios, como indicando, este poema también, al parecer, juega un papel estructurante del todo.
 
Después de mucho darle vueltas a todo aquello, de analizar en detalle los poemas, de comprobar sus intratextualidades, finalmente los poemas dieron su veredicto: la estructuración de ellos en una organización significativa que emanada desde los poemas, da, a cada uno de ellos roles específicos que provienen y soportan esa estructura. Y, esa misma estructura, entrega significado a todos y cada uno de los poemas de “Residencia en la tierra 1”: qué es el libro, a qué refiere, cómo refiere aquello, cómo el hablante va desdoblándose, en un caso, y adoptando distintas máscaras, y hasta contradictorias, para cumplir su papel de enunciante, desde un punto de vista global y orgánico.
 
De ese modo quedan entendidas no solo las grafías en uso, la forma versal, o no, de los poemas y las modalidades de un hablante que finalmente son dos, y hasta dialogan entre ellos, sino también por qué esos hablantes adoptan máscaras tan contradictorias, y emiten, en momentos específicos poemas específicos, y no otros, y de cómo los emiten.
 
Y, finalmente, del por qué “Residencia en la tierra 1” es un viaje desde una región mediterránea donde se vive en los sueños, en la pura poesía, a la conquista de la poesía, (las imágenes guerreras), ese es el viaje, a otra región, una tropical, pero no extraña, no exótica, (léanlos y verán que no presentan los decires como dichos de exotismos, sino de lo cotidiano y común y corriente), donde el hablante, por medio del amor, se residencia, (la misión profética), conquista la poesía, y desecha a la poesía antigua, su amor, y regresa triunfante y abatido; viaje por medio del cual, el propio viaje y su viajero, fundan tanto el lugar desde el que va, su inicio, aquello que debe conquistar superando, el mundo de los sueños; como el lugar al que llega, el mundo residenciario, el mundo de la conquista, haciendo aparecer el inicio como el mundo imaginario, poético, del mundo real, el mundo residenciario, (que es mundo imaginado también!), aquel donde conquista a su amor, la vieja poesía, y la desecha, y funda la nueva poesía, la poesía impura, el mundo residenciario; y regresa afantasmado.
 
A la pasada, y no podía ser de otro modo, explicita de modo casi detallado tanto las características sico-sociales del hablante residenciario, en general, como las características socio-económicas de ese mundo residenciario que termina no siendo más que uno, tanto el del inicio, como el de la residenciación, como el al cual regresa, el viaje completo: el mundo residenciario.
 
“Residencia en la tierra 2” no es más que la continuación de lo anterior, allí se despliegan tres cosas: el dolor gigante que al hablante le causa el haber abandonado a su amor, por medio de poemas, y es la segunda cosa, donde muestra la conquista, (ausencia total de imágenes guerreras y de misión profética, puesto que aquello ya fue realizado), ahora ya como colonización de la poesía; y las características más específicas, (la tercera cosa), concretas, alarmantes, de esa tierra-sociedad donde se residenció, más otros avatares significativos que no adelantaremos, sino rogamos al lector, esperar por su debido momento, y que son tres cosas más; que meramente serán enunciadas: realizada la conquista de la palabra poética, en “R en la T 1”, desplegada la colonización de la palabra poética en “R en la T 2”, viene la liberación, la independencia, de la palabra poética en algún momento de ese segundo libro; conjuntamente, el mundo residenciario es resquebrajado, el hablante del hablante se despide, el mundo residenciario es hecho estallar en pedazos, y asistimos a la destrucción ritual del hablante residenciario. (¡Como libro al interior de la vanguardia hasta contiene agonismo!).
 
Obvio, el ciclo residenciario allí termina. No hay más. “Tercera residencia” no es residenciaria. El hablante residenciario ya está pisado, destruido, por un buey, donde el hablante residenciario es esa piedra, pisada por el buey= Neruda, que permanecerá como un testigo, esa piedra, sin duda olvidada. Es un crimen ritual, simbólico, ya que la única manera de destruir su mundo, además de hacerlo explotar en pedazos simbólicos, y por tanto al hablante hacer como que muere: puesto que para su olvido definitivo; sería, para lograrlo, de modo real histórico: necesario borrar todo vestigio en la humanidad de “Residencia en la Tierra” como si nunca escrita, y ello es imposible: sería necesario destruir a toda la humanidad, la cual, o muchos al interior de ella, no parecen más que muy deseosos de hacerlo a través de sus comportamientos económicos explotadores de hombres, y arruinadores de la naturaleza, y sus formas de realizar una guerra moderna, lo que no es más que otra concreción muy eficaz del comportamiento económico. ¡Nos salven los hados que “Residencia en la Tierra” desaparezca!
 
La intuición central ha sido explicitada, en lo global y en algunos de sus detalles: ahora debe ser probada. Y lo será, probada, a lo largo del análisis que viene a continuación, en las siguientes entregas.
 
 
  
 
Resumen de las conclusiones desde la intuición hilo conductor
 
  
 
Resumo lo dicho, y concreto, sin mayores detalles:
 
Residencia en la Tierra 1 es un libro que contiene dos libros, el libro contenedor, el libro de los poemas del hablante residenciario, y el libro contenido, el libro de los poemas en cursiva, el libro de los poemas en la voz del hablante del hablante residenciario: los poemas que el hablante residenciario escribe en su mundo de palabras a medida que ese mundo va siendo construido en palabras.
 
Hay un poema rector de toda la Residencia: Galope Muerto. Hay un poema nexo para con Residencia en la Tierra 2: El Fantasma del Buque de Carga, que a su vez es el poema del viaje del retorno.
 
La primera parte de Residencia en la tierra 1 contiene los poemas del mundo de los sueños, el cual termina, estructuralmente en Colección Nocturna, poema no solo conclusor de esa parte, además, poema resumen de toda esa parte, y poema del viaje hacia la residenciación en la tierra y salida desde el mundo de los sueños.
 
Los poemas en prosa poética contienen la residenciación,. Los poemas posteriores son parte de la vida residenciaria, la cual, la vida residenciaria de Residencia en la Tierra 1 se da por concluida en Sonata y Destrucciones; y los poemas de la sección 4 contienen el inicio del retorno, y el poema conclusor final del libro en su totalidad: Significa Sombras.
   
El viaje no es solo el viaje hacia la residenciación, es además el viaje hacia la conquista de la palabra poética: conquista que se declara en Significa Sombras de modo triunfal y permanente.
 
Y dos poemas Caballero Solo y Ritual de mis Piernas, inician lo que será completado en la sección 2 de Residencia en la Tierra 2.
 
Todo esto es lo que ahora debe ser probado. Y además: todos los detalles y sutilezas deben ser explicitadas y probadas.
 
Y además, pido que noten que los detalles generales para con Residencia en la tierra 2 fueron dejados de lado en este resumen.(En adelante continuaremos aquí analizando exclusivamente Residencia en la Tierra 1).
 
En el siguiente apartado avanzaremos con el desarrollo de la intuición que llevó a estas conclusiones. Se explicitarán algunos análisis de detalle de la intuición hilo conductor, y se adelantará la organización estructural de los poemas, (el orden estructural orgánico de todos y cada uno de los 33 poemas), y mostrará cómo se llega a ella.

(Mucho se ha explicitado, mucho se ha prometido: ahora falta PROBARLO).

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Este apartado 4 contiene, más o menos, desde la página  7 a la página 22 del libro del cual se ha extractado este artículo.

frf 09 de junio de 2012




... vendrán cuadros de doble entrada más complejos...


 
  

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