miércoles, 6 de junio de 2012

07 Continuación del análisis del eje re estructurante de Residencia en la tierra 1: El Joven Monarca y Juntos nosotros

  
  
  


El Joven Monarca






Apartado 7 (14- junio-2012)
  
fernando reyes franzani

  
 

 


Continuación de la lectura de los poemas del eje reestructurante de “Residencia en la tierra 1”:
‘EL JOVEN MONARCA’ y ‘Juntos nosotros’
 
   
 
En el apartado anterior se analizó el papel reestructurador de ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’, ahora, en el eje central reestructurador de la Residencia, viene a continuación: ‘EL JOVEN MONARCA’.
 
  
 
‘EL JOVEN MONARCA’
 
  
 
Comienza con “Como continuación de lo leído y precedente de la página que sigue...”
 
Y ahora sí es posible entender aquello tan críptico que no juntaba ni hacía sentido en las apariencias. pues este poema iniciado en clave de continuación de lo leído, no sigue a ‘EL DESABITADO’ en ninguna de sus textualidades ni contenidos, pero está, físicamente, adentro del libro publicado, en la página a continuación de ‘EL DESABITADO’; y, por tanto, esto de “Como continuación de lo leído”, se aparece como un error o un sin sentido, como un hablante arbitrario.
 
Pero nada de eso. Es otra de las claves estructurales dejadas por Neruda, para que alguien se diera el trabajo de esclarecimiento.
 
En cambio, definitivamente, ‘EL JOVEN MONARCA’ es continuación de ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’), donde conoció a la estrella en desorden, donde se encomendaba a su estrella morena, a aquella, que como las otras, tiene una flor amarilla en el pelo.
 
Aquí, en ‘EL JOVEN MONARCA’ el hablante residenciario señala: “Como continuación de lo leído…debo encaminar mi estrella al territorio amoroso”, y esa “mi estrella” es el sí mismo o es la estrella en desorden, que deben encaminarse a ese, desde ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’, “de cuando en cuando, visito” … ese es el único territorio amoroso del cual se ha hecho referencia, del cual se dijo: “Ay, de cada noche que sucede, hay algo de brasa abandonada que se gasta sol, y cae envuelta en ruinas” (que desde este punto de vista refiere a la estrella en desorden y su hacer.), y continuaba: “Yo asisto comúnmente a esos términos, cubierto de armas inútiles y objeciones destruidas.” que ahora en su ambivalencia señala que el hablante ya no tiene objeciones para relacionarse de modo definitivo con la estrella en desorden.
 
Por eso es que el hablante en este corto y significativo texto en prosa poética declara, y cito exclusivamente lo necesario para esclarecimiento estructural: “Sí, quiero casarme con la más bella de Mandalay,” y esa la más bella de Mandalay, es descrita como con: “flores de ámbar en el puro y cilíndrico peinado,” es decir: flores amarillas, desde ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’: “seres en cuyo peinado brilla una flor amarilla como el relámpago.”
 
Además reténgase los cambios de singular a plural y de plural a singular que a lo largo de toda la Residencia se realizan como modo de ocultamiento, de enmascaramiento. (Esa es una forma estilística frecuente de Neruda en las Residencias).
 
Y para completar los enlaces, el hablante dice en ‘EL JOVEN MONARCA’: “Su enrollado cabello negro entonces beso,” y, en ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ la especificó como “Yo me encomiendo a su estrella morena,”.
 
Son definitivamente la misma mujer, y hace sentido ese “Como continuación de lo leído” cuando ‘EL JOVEN MONARCA’ es la continuación de ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’: ese es el orden estructural de estos dos poemas.
 
En ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ se inicia la residenciación del hablante, cambia de piel y se hace soldado, emerge de su soledad y de los sueños y se relaciona con otros seres humanos, y en especial se relaciona con la estrella en desorden, y en ‘EL JOVEN MONARCA’ se declara la residenciación por amor: “Sí, quiero casarme con la más bella de Mandalay” que equivale a decir, como ya probado, sí, quiero casarme con la estrella en desorden, a la cual ahora se la nomina: “Patria limitada por dos largos brazos cálidos”, “mi esposa birmana”, “la hija del rey”.
 
Y aquel “y precedente de la página que sigue debo encaminar mi estrella al territorio amoroso” no puede ser precedente de ‘ESTABLECIMIENTOS NOCTURNOS’ pues allí no hay ningún territorio amoroso consumado, en cambio sí lo es precedente de ‘Juntos nosotros’ donde se realiza la consumación de ese amor.
 
 
 
A continuación: el hablante residenciado por amor, celebra su amor, (su olvido de la poesía de los sueños, haciendo poesía residenciada), y se casa con la más bella de Mandalay.
 
  
 
‘Juntos nosotros’
 
  

Juntos nosotros’: El protalamio, alguna vez fue su título.
 
Antes de iniciar el análisis, re léase el título: es apenas un juntos nosotros. Uno al lado del otro. Cerca. Juntos pero no revueltos, diría la sabiduría popular. Y así no más es; y así no más debe ser en este libro “Residencia en la tierra 1”.
 
Tiene el poema la forma de un canto desde el hablante enamorado, a su amada y a sí mismo en su conquista. Sigue la forma del “Cantar de los Cantares”, pero uno trunco. Jamás llega al canto de la amada al amado.
 
(Si se revisa toda la Residencia se encuentra que esa característica es totalizante: el hablante cambia de piel como una serpiente con picor, pero jamás enuncia desde otro; solo desde pieles en que se hace otro. Del mismo modo, jamás se duele, con el dolor de otro, con el dolor que otro le causa, sí, pero jamás en el dolor de otro, salvo, una vez, y tan momentáneo y difuso, y bajo perfil, que casi no se nota: en ‘Enfermedades en mi casa’ donde solloza y arde una cosa, pero ese es un poema de la segunda residencia).
 
(Como se dijo, y se observó, es un hablante capaz de adoptar pieles, y hacerse como otro, un hablante abierto, pero que sigue siendo él mismo, extremadamente auto centrado, sin asomo de risa, aristocratizante, aislado, y deshumanizado: individualizado hasta las uñas. ¿Será el efecto del tipo de sociedad que está construyendo? Lo veremos también).
 
No es el momento de leer todo el poema. Con efectos estructurales basta con reconocer los siguientes momentos:
 
La amada, es descrita, en algunas de sus características del siguiente modo:
 
   
 
‘Juntos nosotros’                                    ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’
                                                                  ‘EL JOVEN MONARCA’

  
 
“tu corona de árboles negros”                     <su estrella morena>
                                                                   <Su enrollado cabello negro>
 
“tu órbita de blanco”                                  <una rueda pálida>
                                                                   <con luz de aceite blanco>
 
“Qué pura eres de sol”                                <brilla una flor amarilla>
                                                                   <un sitio de oros>
                                                                   <flores de ámbar>
 
“un mes de estrellas”                                  <una estrella en desorden>
 
“su empuje de brasa”                                  <brasa abandonada que se gasta
                                                                     sola>
 
 Definitivamente se trata de la misma mujer, a lo largo del eje reestructurante:
 
 
Continuación de ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’: es ‘EL JOVEN MONARCA’, el cual es precedente de ‘Juntos nosotros’.
 
(Esa es la resolución de las claves dejadas por Pablo Neruda en ‘EL JOVEN MONARCA’: “Como continuación de lo leído y precedente de la página que viene..”).
 
El orden estructural de los poemas al interior del eje reestructurante es por tanto:
 
‘LA NOCHE DEL SOLDADO’
‘EL JOVEN MONARCA’
‘Juntos nosotros’.
 
Ese es el eje reestructurante y ese su orden.
 
Dicho de modo directo y plano: en ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ el hablante conoce a la estrella en desorden, en ‘EL JOVEN MONARCA’ declara que quiere casarse con ella, y en ‘Juntos Nosotros’ realiza ese matrimonio rápido: allí está, en esos tres textos, desplegado el territorio amoroso del presente de la residenciación.

De otro modo: el que hace la noche del soldado se une con la más bella de Mandalay, y el hablante declara que están <juntos nosotros>.
 
Y hemos probado que “la estrella en desorden”, “la hija del rey”, y la “niña, mi partidaria, mi amorosa”, esa que olía su nariz “a precipitada fuga tiránica”, son todas la misma mujer: la estatua floral, la más bella de Mandalay, la con flor amarilla en el pelo, la oveja salvaje.
 
La primera estrofa de ´Juntos nosotros’ termina con “que (ella) huele a sombra y a precipitada fuga tiránica”. (¿Es que está ella huyendo para actuar con otros?, ¿y de quién huye, sino de él?).
 
Eso no augura nada bueno para la continuación de la relación: y así debe ser. (Puesto que está junto a ella un hablante que hace la noche del soldado, y ahora hace el canto del amado: pero quién: ¿el soldado o el poeta?
 
En la primera entrega, “Análisis, comentario y estructura de Galope Muerto”, se rectificó una lectura apresurada, y rechazable, realizada sobre los versos siguientes de ‘Juntos nosotros’:
 
“Hecha de ola en lingotes y tenazas blancas,
tu salud de manzana furiosa se estira sin límite,”
 
ver en esa entrega, el análisis de la lectura incorrecta, así como la lectura adecuada.
 
Aquí solo se referirá la conclusión allá obtenida y la adición de un dato.
 
Lo que está hecho de ola en lingotes y tenazas blancas, no es la amada; lo que fue una conclusión apresurada de Abelardo Castillo; sino la salud de la amada; la que es, además, calificada, la salud, de manzana furiosa. Es la salud de la amada la que está hecha de ola en lingotes y tenazas blancas.
 
Y el dato: Esa imagen y su forma la tomó Neruda desde un texto donde un cierto narrador se siente rescatado, y sanado, por “su salud de piedra de arroyo”, describiendo de ese modo la salud de Irene. Esto último lo obtuvo Neruda, desde “El habitante y su esperanza”, que había escrito en 1925. (‘Juntos nosotros’ en 1928).
 
No es sólo el poema de la celebración. Es también el poema de la consumación de ese amor:
 
“mi simétrica estatua de piernas gemelas / sube hacia estrellas húmedas cada mañana, / y mi boca de exilio muerde la carne y la uva, / [... y poco más adelante...] / mis ojos de sal ávida, de matrimonio rápido, mi lengua amiga blanda del dique y del buque,”. (Todo tremendamente erotizado, y muy concluido en otros versos). Negrilla agregadas.
 
De paso, como la amada era una estatua en el poema ‘LA NOCHE DEL SOLADO’, es de suyo explicable, que el hablante en su celebración de ese amor, se auto vea como otra estatua. “mi simétrica estatua de piernas gemelas”: una relación de estatua a estatua. Eso no puede conducir a ningún final “tradicionalmente feliz” de “comer perdices”.
 
Y como en ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’, la hija del rey, la esposa birmana, fue una estrella en desorden, es de suyo adecuado que en ‘Juntos nosotros’ el hablante, cuando se relaciona con ella en la consumación de su matrimonio rápido, sea esa estatua que “sube hacia estrellas húmedas cada mañana,” (muy enigmático, ¿por qué en las mañanas? ¿por qué no en las noches?
 
Es un magnífico poema de celebración y consumación amorosa, donde se anticipa, se anuncia, y se consuma el matrimonio rápido, de “Sí, quiero casarme con la más bella de Mandalay”, con la hija del rey, y se lo sospecha como impracticable; y donde el hablante, la celebra, como hembra perfecta, pero no le promete nada, porque una estatua a otra estatua sólo la puede celebrar, pavonear, pero no amar, sólo decorarse juntos.
 
Y el poema termina con:
 
“y entonces tu cabeza se adelgaza en cabellos,
y su forma guerrera, su círculo seco,
se desploma de súbito en hilos lineales
como filos de espada o herencias del humo.”
 
Lo que además de describir el final de un acto muy volcánico, muy involucrante, en lo directo de lo dicho, también es, en lo simbólico, una anticipación de que esa relación no tiene futuro: la relación se adelgaza, se desploma, se hace dolorosa, se hace humo: más bien lo que queda (herencias) después de haberse hecho humo: cenizas.
 
Y esa relación que se describe y se celebra, se auto contradice, se la pronostica de esa manera, como una relación que no tiene posibilidad de perpetuarse, y eso se lo hace en todos los poemas del eje estructurante, donde la relación precisamente se inicia!
 
Lo acabamos de ver en ‘Juntos nosotros’
 
En ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ fue: “y el dios de la sustitución vela a veces a mi lado, respirando tenazmente, levantando la espada.” (Es el final de ese poema).
 
En ‘EL JOVEN MONARCA’ fue, también al final: “y acercada ya la noche, desencadenado su molino, escucho a mi tigre y lloro a mi ausente.”
 
Recordar además que se constató que en ‘Juntos nosotros’ la relación lo era solo de día, “cada mañana”.
 
En los tres poemas se expresa una oposición enorme, tensa, violenta, entre día y noche. Entre <día, amor; noche, poesía>; <día, ella; noche, la espada del dios de la sustitución>; <día, la estatua floral; noche, la ausente>; día, la residenciación por amor; noche, el cumplimiento de la misión profética>. Donde día y noche aparecen invertidos respecto de lo esperable, uno esperaría que fuera noche: el amor, día: la misión profética.
 
El problema es la ambivalencia de que el hablante se está residenciando, saliendo de la noche de los sueños, pero haciendo la noche del soldado. Los símbolos nerudianos en Residencia en la tierra no son fijos, son fluidos, relaciones contextualizadas y dinámicas, complejos, pero ya los entendemos: apuntan los de este momento a que la relación por amor no tiene futuro, la misión profética va a triunfar.
 
El propio eje reestucturante apunta y exige a ‘Tango del viudo’.
 
No es necesario ya continuar con ‘Juntos nosotros’, su función estructural ya ha sido analizada y completada aquí.
 
  
 

LAS CONSIDERACIONES ESTRUCTURALES REVISITADAS
 
  

Por su parte ‘Tango del Viudo’ fue el poema que dividió al libro en dos libros: el de los poemas de la vida del hablante y el de los poemas que escribe el hablante, en la voz del hablante del hablante, los poemas en cursiva.
 
Además, como es el poema del abandono, es el poema del cierre de la residenciación por amor, y del triunfo de la exigencia del hacer profético: superar la poesía de los sueños, iniciar la poesía definitivamente residenciada. Y por tanto signa, ese poema la post residenciación.
 
De modo que todo poema que anticipe o prefigure el abandono, y se base de un modo u otro también en ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ o en algún otro del eje reestructurante es anterior a ‘Tango del Viudo’, y posterior al eje reestructurante: casos de ‘Diurno Doliente’, ‘Monzón de mayo’ y ‘COMUNICACIONES DESMENTIDAS’, poema que contiene el envío de la carta; y todo poema que suponga el abandono e intratextualice hacia ‘Tango del viudo’ o hacia poemas posteriores a ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ y a este mismo, son poemas post separación: casos de ‘Ángela adónica’, ‘Lamento lento’, ‘Tiranía’, ‘Arte poética’, ´Sonata y destrucciones’ (que tiene la línea: “en mis abandonados dormitorios donde habita la luna”), ‘EL DESHABITADO’, ‘ESTABLECIMIENTOS NOCTURNOS’ y ‘Entierro en el este’.
 
Esos son los criterios explicitados. La mención específica de los poemas que se realizó, supuso su lectura de detalle, que aún no se ha presentado.
 
En cambio todos los otros poemas están contenidos en tres estancos estructurales adicionales a los ya detectados:
 
Los Poemas de la Base: ‘Galope Muerto’, Caballero solo’, ‘Ritual de mis piernas’, y ‘El fantasma del buque de carga’;
 
Los Poemas Conclusores de la sección 1.4: ‘Cantares’, Trabajo frío’ y ‘Significa sombras’ que es además el poema que cierra el libro, el poema final de Residencia en la tierra 1;
 
y el estanco de Los poemas del Viaje por la Noche, o Viaje por los Sueños: que es el resto de los poemas presentados en la sección 1.1, donde es significativo, se incorpora allí de modo definitivo ‘Ausencia de Joaquín’, pues, ese poema es intratextualizado, conjuntamente con todos los otros del viaje por los sueños, en ‘Colección nocturna’, y ‘Sistema sombrío’ aparece como la coda de ‘Colección nocturna´ y el inmediato anterior a ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’. (Lecturas textuales, que fueron realizados para con todos ellos, aún no se han explicitado).
 
  
Incluiré aquí, nuevamente, el cuadro de doble entrada ya conocido, pero rehecho de modo definitivo:
 
Los estancos estructurales de Residencia en la tierra 1, y el orden estructural de los poemas:

 























Última presentación: Distribución, reafinada, final de Poemas de acuerdo a la Estructura de Residencia en la Tierra 1.






Caballo de los sueños
Unidad





Tango del viudo

Lamento lento

Arte poética







El hablante



del poeta



residenciario



















Galope muerto
 Alianza (sonata)
Débil del alba
Sabor // Madrigal escrito en invierno / Fantasma // Ausencia de Joaquín // Serenata
Colección nocturna // Sistema sombrío

LA NOCHE DEL SOLDADO / EL JOVEN MONARCA /Juntos nosotros
 COMUNICACIONES DESMENTIDAS  // Diurno doliente / Monzón de mayo

 Ángela adónica / Entierro en el este // EL DESHABITADO
ESTABLECIMIENTOS NOCTURNOS // Tiranía
Sonata y destrucciones

Cantares / Trabajo frío //  Significa sombras
El fantasma del buque de carga







































Caballero Solo









Ritual de mis piernas






























El hablante




del mundo




residenciario






1

2


3
4








La

Real
Realidad










1
Pablo Neruda
3
Las textualidades

2
El lenguaje
4
El lector


Notas:
a)
En cursiva:





b)
En CAPITAL:




Los poemas en cursiva
(El libro adentro del libro)





LOS POEMAS EN PROSA
























 
 
Consideren a la tabla anterior como la definitiva de la estructura de “Residencia en la tierra 1”, y el orden estructural de los poemas.
 
Los poemas en orden estructural para su lectura aparecen de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Los poemas de la base tiene su propio orden de lectura.
 
Veamos la misma tabla de distribución estructural simplificada y explicitada en sus componentes, para lo cual los poemas se han sumado en sus estancos:
 
 
Tabla de los momentos estructurales de Residencia en la tierra 1 y su distribución de poemas 
 
 
La distribución estructural de los 33 poemas de Residencia en la Tierra 1

El Poema Rector
Viaje a través del Mundo de los Sueños
La individuación y soledad del hombre residenciario
Residenciación en la tierra por amor, elección de la obra y abandono del amor
Los efectos del Molino de las Formas
Post Residenciación y declaración de triunfo: la misión profética cumplida
Retorno y alegoría de la Sociedad Residenciaria
Libro al interior del libro:

2

1

2

Base Principal
1





1
El viaje

9

6

9

Base secundaria


1

1


 
  
 
Obsérvese que aparece una distribución estructural perfectamente simétrica de los 33 poemas que componen “Residencia en la tierra 1” en su contenido formado, en su esencia; su apariencia es como se muestran en el libro.
 
Pablo Neruda ya nunca más volvería a estructurar un libro de poesía de manera tan compleja, envolvente y sutil. Y él mismo, en carta a Eandi, declaró que era cansador, muy cansador el haberlo hecho, el haber escrito poemas de esa manera; por supuesto que no explicita la manera en que lo hizo, sólo refiere a una extrema preciosidad en el uso de las formas poéticas, y conducente a un cierta esterilidad ese excesivo preciosismo.
 
Después de ver lo que la crítica académica hizo con su libro, por mi parte considero, debe haber quedado completamente curado de espanto. A qué darse tanto trabajo si ni los analistas expertos lograban de verdad entender lo que había hecho.
 
Siento que he cumplido con una deuda tarea que se debía a nuestro poeta mayor.
 
Este trabajo siempre lo he entendido como un homenaje a Pablo Neruda, no sólo al gigante poeta que en él Chile y la humanidad tuvo, sino también al ser humano, con sus virtudes y sus defectos, y al ser político consecuente que fue hasta el día de su muerte.
 
“Residencia en la tierra 2” continúa como un libro que posee otro en su interior, los poemas en cursiva, y hasta interrelaciona ambos en el poema 2.1, pero, para con esta segunda parte, no hay ninguna reestructuración que realizar: los estancos de su apariencia, tal cual los poemas se presentan, son también su orden estructural. Allí la dificultad radica exclusivamente en entender de modo adecuado el papel de cada parte del libro, de esas seis partes en que está organizado.
 
Pero estamos aún recién en los comienzos: muchos apartados adicionales aún quedan por presentar.
 
Apartado 7
frf
14 de junio de 2012
 
  
 
En el siguiente apartado volveremos a insistir sobre estas materias del eje re estructurante, y se avanzará hacia las consecuencias estructurales sobre ‘Ángela adónica’ y ‘Lamento lento’, y por tanto las funciones que esos dos poemas cumplen en Residencia en la tierra 1.
 
  
 
Adendum
 
  
Ya se puede apreciar que el método de análisis seguido no es el de plantear un subtema, el que sea, por ejemplo, la concepción del hablante, o de Pablo Neruda, sobre el tiempo y el espacio, o la concepción de materia, y tratar de analizarlo en Residencia en la tierra, extrayendo citas sueltas de diversos lados.
 
La deficiencia central de esa aproximación es que no toma en cuenta las máscaras del hablante, sus cambios de piel, ni la función específica que cumple cada poema.
 
En específico pasa por alto que hay al menos dos hablantes en Residencia en la tierra 1, y que no es lo mismo un poema que pertenece al momento del viaje por la noche de los sueños, de otro que pertenece a la etapa de la residenciación, y al interior de ella, a sus diversos momentos, o que otro que es un poema de la base, ni es lo mismo un poema en verso que otro en prosa, o uno en grafía normal que otro en cursiva.
 
Hay libros de poesías desestructurados, sin estructura, libros de sacos de poemas. Con ese tipo de libros: ese método da buenos resultados. Con Residencia en la tierra, ese método no es adecuado.
 
Mayores problemas enfrenta ese método, cuando las citas se realizan de modo trunco.
 
Para un libro perfectamente estructurado como lo es Residencia en la tierra, el cual se está probando que no es más que un solo poema dividido en textos, se está obligado primero a desentrañar su estructura, y a continuación hacer lectura en orden estructural, pues, solo así se puede hacer uso apropiado y correcto de las intratextualidades: un poema al inicio no puede encontrar su explicación en un poema que lo sigue: las intratextualidades de un poema se basan en poemas anteriores, estructuralmente anteriores, y no en arbitrariedades del analista.
 
He visto como mezclan de “Residencia en la tierra 1” con “Residencia en la tierra 2” por ejemplo, sin ninguna precaución, como si fueran lo mismo. Y ya hemos constatado cómo a los poemas en cursiva no se les había dado su importancia, o a las llamadas canciones se las trataba de adornos.
 
Por eso que ‘Galope muerto’ fue analizado de modo previo e independiente del resto del libro. Y por eso que se resolvieron primero también las que parecían inconsistencias, y que resultaron ser indicaciones de primer orden, claves, desde Neruda para la explicitación de la estructura del libro.
 
“Suerte te de Dios que el saber de nada te vale”, fue también un elemento importante en la intuición del libro: haber descubierto, en un caso por casualidad cuando se analizaba ‘Galope muerto’, la enorme influencia de “Así habló Zaratustra” sobre “Residencia en la tierra”, tanto en su plan general, como en un hablante que se desdobla y cambia de pieles, como en textualidades soterradas e importantes, tremendamente significativas para probar el sentido de muchos decires textuales. Y el haber descubierto, pero eso ya a medida que avanzaba el análisis, la influencia de la Odisea.
 
Una consideración metodológica extremadamente importante y que quisiera volver a explicitar: el libro se lo analiza como un libro de literatura, esto significa esencialmente que se lo organiza según el hablante y su hablante de hablante, y no, para nada, según consideraciones desde la vida de su autor.
 
Se pueden y deben tomar en consideración también intratextualidades para con la obra anterior de Neruda, pero de suyo se debe rechazar cualquier tomar en cuenta la obra posterior de nuestro poeta mayor cuando se trata de afinar cualquiera sutileza encontrada en “Residencia en la tierra”: en este caso: el futuro no explica el pasado.
 
Final: se realizan lecturas textuales completas.
 
Este trabajo termina con la lectura textual, verso por verso, estrofa por estrofa, poema por poema de los 33 textos de “Residencia en la tierra 1” en orden estructural, sin saltarse ningún verso, por oscuro que sea. Pero esa ya es una entrega final, a la cual no se llegará en este blog.
 
Finalizado aquello ya se podría analizar sub temas, y entonces se lo haría con propiedad, sin aventurarse a tratar de encontrar en los textos lo que el analista, a lo mejor sin intención consciente, ya ha decidido de modo previo que los textos dicen en el tema en manos.
 
Y por qué no, también a continuación es posible deducir qué verdaderamente dice “Residencia en la tierra” de la vida de Neruda en esos años de su escritura, puesto que parte importante de su vida fueron también sus lecturas y su forma de resolver los problemas de escritura poética a los que se enfrentó, y en particular cómo adaptó poemas muy directamente referidos a su vida, en cuando a su génesis, a textos literarios en la voz de un hablante que ya no era él.
 
La vida de Neruda no es simplemente los amores que tuvo, los viajes que realizó, anécdotas, y amistades, también es significativo e importante: su concepción de mundo y las modificaciones que él mismo realizó a lo largo de ese periodo de diez años sobre esa su concepción de mundo; y su concepción de lo poético y las modificaciones que realizó sobre esa concepción de lo poético a lo largo de ese periodo. Después vendrían otras modificaciones: pero esas ya son post “Residencia en la tierra”, y no conciernen para nada a este análisis.
 
Y “Residencia en la tierra 2”, sólo es posible de ser abordada una vez desentrañada “Residencia en la tierra 1”. Supongo que el lector ya se habrá dado también cuenta de aquello.
 
  
fernando reyes franzani
14-junio-2012
(apartado 07)
 
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La estrella en desorden; La más bella de Mandalay; la con corona de árboles negros



  

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