miércoles, 6 de junio de 2012

09 Profundización final en la residenciación en Residencia en la tierra 1 y función estructural de Entierro en el este.

  
  
 


 
 
Entrega N°9
18 junio 2012
 
 
fernando reyes franzani
 
 
 
 
Profundización adicional en la residenciación en
“Residencia en la tierra 1”, y la función estructural de
‘Entierro en el este’.


 
 
 
A la pasada se muestran argumentos para seguir fijando el orden estructural de los poemas en la residenciación y de los poemas inmediatos post abandono de la Maligna: los textos ya residenciados.
 
Retomemos algunos momentos de la residenciación:
 
En lo sincrónico la residenciación ocurre después del viaje por la noche de los sueños; ese viaje conducía hacia la residenciación. En este sentido ir hacia la residenciación es ir hacia un salir de una vida que es puramente vivir en la poesía, es superar la poesía pura, aquella que se arma de sueños, de vivencias puramente interiores, y profundiza casi exclusivamente en las formas poéticas; y es llegar a un mundo de relaciones humanas, a un mundo en que se vive con el otro, en vez de un mundo ensimismado de poesía pura, es llegar a la historia, es llegar a las relaciones humanas comunes y corrientes, cualquiera que ellas sean, y se escribe poesía construyendo ese mundo de relaciones humanas en el que se vive, y aún, por qué no, dándole igual y tremenda importancia a las formas poéticas, pero lo que se dice, en su contenido formado, va más allá de la pura interioridad.
 
(Tengo la impresión que para algunos analistas ese llegar a la historia es llegar a las grandes batallas de las grandes guerras civiles o grandes guerras entre naciones. No cabe duda que aquellos son también hechos históricos, pero todos tienen su base en las relaciones humanas concretas de los seres humanos en sociedad. En “Residencia en la tierra”, que no olvidemos es poesía, se llega a la historia en estos poemas de la residenciación, puesto que allí se sale de una poesía únicamente centrada en el yo y sus problemas amorosos, de soledad o intrascendencia, o búsqueda y destino, y se entra a un yo que observa y canta el mundo de relaciones humanas donde vive. Ese cambio ocurre en los poemas en prosa poética de “Residencia en la tierra 1”. Y en la poseía de Pablo Neruda, aquello sucede exactamente en el mismo momento, puesto que “Residencia en la tierra” fue escrita por Pablo Neruda. No es un cambio en Neruda, es un cambio en su poesía. El joven Neruda, ya para la época de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" y aún antes, fue un joven anarquista muy metido en los movimientos estudiantiles de su época, muy metido en la historia de su sociedad, eso no se lo debe olvidar nunca, pero aún no había encontrado cómo meter aquello en su poesía: pues en "Residencia en la tierra", lo logró, y de paso contribuyó, a su modo, al revolucionar de las formas poéticas que estaba ocurriendo en los movimientos poéticos de la vanguardia, y de una manera jamás antes lograda.)
 
En lo diacrónico ocurre la residenciación en el tiempo presente de “Residencia en la tierra 1”, que va de mayo a junio, en algún año, en una tierra de monzones.
 
Se inicia en ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ donde hay referidos muchos días de mayo y algunos tal vez de junio. Lo cual nos asegura que hacer la noche del soldado no es algo que se haga en una noche, o varias noches, no refiere por tanto al calendario, sino a una forma de vida, se puede hacer la noche del soldado también de día: es un cambio de máscara, un cambio de piel lo señalado en esa expresión: “Yo hago a noche del soldado”.
 
Sabemos que son muchos días, los días cuando se hace la noche del soldado, y al menos dos meses, por las siguientes textualidades desde ese poema en prosa poética, y otros tres poemas que refieren lo mismo: el tiempo diacrónico del momento presente de la residenciación.
 
En ‘LA NOCHE DEL SOLDADO:’
 
“Por cada día que cae, …”. Ven? Muchos días.
 
“Los meses no son inalterables, y a veces llueve: …”. Al menos dos meses, o no serían meses. (Aquí no está usando ese estilismo de plural por singular, aquí es plural de verdad, la lectura estructural atenta lo asegura.)
 
“Aguas de la noche, lágrimas del viejo Monzón, …”. Durante la temporada de los monzones.
 
“Entonces, de cuando en cuando, …”. No sólo una vez, un día, muchas veces, varios días haciendo la noche del soldado.
  
“Ay de cada noche que sucede, …”. Mucho tiempo haciendo la noche del soldado. Y si se está haciendo la noche del soldado cada suceso importante, aún si ocurrido de día, es una noche que sucede.
  
En ‘Monzón de mayo’:
 
El mismo título lo dice: es un tiempo de monzón que ocurre en mayo. Ocurre durante el tiempo en que el hablante hace la noche del soldado. (Si hasta Neruda le cambió el título! De 'Monzón de junio' al definitivo de 'Monzón de mayo', en lo cual no hay nada de incertidumbre en el régimen de los monzones! Fue un modo de arreglar estructuralmente su decir. Neruda corregía con fines de estructuración, y usaba sus propias intratextualidades, con fines de estructuración.)
 
“Ay, y es el destino de un día que fue esperado, …”, se dice en este poema. El día de la residenciación por amor. El día en que finalmente se enamoró de la estrella en desorden. Algún día de mayo, algún día de esos cuando hacía, el hablante, la noche del soldado. En el poema ‘Monzón de mayo’ el hablante aún está en su máscara de soldado, pero ya un hablante que está recobrando su piel propia y prefigura a la separación cantada en ‘Tango del viudo’. (Ojo, nadie vaya a concluir que Neruda era un ser humano de múltiples personalidades, en eso de adoptar máscaras para su hablante. Sólo está siguiendo a Nietzsche-Zaratustra, con finalidad poética.)
 
Al lector interesado: Eso se prueba en el sentido inverso. Primero se muestra y prueba que ‘Monzón de mayo’ es un día de esos durante el tiempo que el hablante hacía la noche del soldado. Ya se vio que ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ ocurre durante ese mismo tiempo y son muchos días de “Aguas de la noche, lágrimas del viejo Monzón,”, y entonces se concluye que el tiempo diacrónico de hacer la noche del soldado comienza en mayo, y uno de esos días durante el cual se hace la noche del soldado es el que se poetiza en ‘Monzón de mayo’.
 
Sincrónicamente ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ y ‘Monzón de mayo’ son como el anverso y el reverso: en el primero, se inicia el encuentro con la estrella en desorden, en el segundo, se canta ese encuentro como sin destino, sin posibilidad de consolidarse, pero como uno de esos días; van juntos de modo indisoluble, pero uno es cara y el otro es sello, pero salga el que salga: la misma moneda: la estrella en desorden.
 
Nota al lector: El análisis del contenido formado de ‘Monzón de mayo’ ya se entregó en el blog paralelo, ese que se cerró para abrir éste. En vez de enviarlos a leer ese análisis a ese blog, en la siguiente entrada, traeré ese análisis a este blog.
 
En‘Tango del viudo’:
 
Ya lo vimos, refiere el mismo periodo, (mayo-junio) en las siguientes líneas: “y qué amenazadores me parecen los nombres de los meses, / y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.” (Mayo-junio es ya el invierno en Chile...)
 
Y en el ‘EL DESHABITADO’:
 
Texto donde el hablante ya huyó desde la Maligna, (lo dice el mismo título: es un deshabitado, no hay estrella en desorden con él, que lo habite, su patria limitada por dos largos brazos cálidos, se ha vuelto a desarmar, está otra vez solo), texto por tanto residenciario pero post separación, sabemos que es aún junio, y se sigue en el tiempo de los monzones. (Ya lo verán en sus textualidades).
 
La temporada del monzón, es en “Residencia en la tierra 1” el tiempo de la residenciación por amor, y del abandono de la amada, y de la elección de la obra por sobre la felicidad, de la superación de la poseía vieja, y la instauración de la poesía residenciada. Durante el monzón la tierra se renueva: termina la sequía, reflorece la vida.
 
Durante el monzón el hablante se renueva, sale del ensimismamiento del viaje por los sueños, se exterioriza y accede a la relación concreta con sus semejantes, con los otros. Neruda no desaprovechaba de nada para simbolizar su accionar poético en “Residencia en la tierra 1”. En una maestría nunca antes vista en la poesía chilena, y que no se ha vuelto a ver. (Y estoy escribiendo esto en 2012).
 
En ‘EL DESHABITADO’:
 
“Estación invencible! En los lados del cielo un pálido cierzo se acumulaba, un aire desteñido e invasor, y hacia todo lo que los ojos abarcaban, como una espesa leche, como una cortina endurecida existía, continuamente.”
 
(Y eso es la temporada el monzón).
 
“Materias frías de la lluvia que caen sombríamente, …” (Y esa es la lluvia del monzón).
 
“En mi alcoba sin retratos, …” Simbolización en ese decir que es un día post abandono de la Maligna. En ‘Tango del Viudo’: “… ni retratos de nadie en las paredes.
 
(El genio del joven Neruda usando las intratextualidades, sus propios textos en el mismo libro, para ir ordenando estructuralmente los poemas y darles contenido formado). (Casi me causa pena ver analistas que citan de por aquí y de por allá, desde “Residencia en la tierra”, y creen que con eso han atrapado algo, y no se han dado el trabajo anterior, ineludible, de encontrar la estructuración del libro de modo previo. Bueno, a veces atrapan una tremenda confusión, que no viene del libro en análisis, sino de su forma inadecuada de analizarlo).
 
Y, finalmente lo que andamos tratando de mostrar:
 
En ‘EL DESHABITADO’:
 
“Lo demás, hasta muy larga distancia permanece inmóvil, cubierto por el mes de junio y sus vegetaciones mojadas, …”
 
Mes de junio!
 
La residenciación se inicia en mayo y ya para junio ha terminado: ocurre durante la temporada del monzón, durante la temporada de la renovación.
 
Ya vemos, ‘EL DESHABITADO’ es estructuralmente posterior a ‘Tango del Viudo’ tanto en lo sincrónico como en lo diacrónico.
 
En cambio ‘Ángela adónica’ es un poema estructuralmente post residenciación, (posterior al eje reestructurante), y de transformación de la Maligna en símbolo de poesía, pero su ubicación diacrónica exacta no tiene la más mínima importancia: pudo situarse anterior a ‘Tango del viudo’, como prefiguración, o puede localizarse posterior a él, como expiación de la vergonzante huída.
 
Como a la vez signa el triunfo de la misión profética, es necesariamente posterior a la renuncia del amor, a la decisión de renunciar al amor.
 
Tango del viudo’ ya es un poema, y además en la voz del hablante del hablante, en que la renuncia hace mucho que ha ocurrido. Ni siquiera constatar que en ‘COMUNICACIONES DESMENTIDAS’ la carta ya se ha enviado, la referida en ‘Tango del viudo’, “Oh Maligna, ya habrás hallado la carta, …”, fija diacrónicamente a ‘Ángela adónica’: su lugar es más que nada en la sincronía estructural de los poemas.
 
Pero sí hace de ‘COMUNICACIONES DESMENTIDAS’ un poema anterior a ‘Tango del viudo’.
 
Vean: “… y la carta de amor, pálida de papel y temor, sustrajo su araña trémula que apenas teje, y sin cesar desteje y teje.” Esa carta jamás la podremos leer, está referida, en “Residencia en la tierra 1”, pero jamás presentada. Nos podemos imaginar que es una que dice algo así como: <Nosotros que nos queremos tanto debemos separarnos no me preguntes más… y en nombre de este amor y por tu bien te digo adiós>.
 
Este es un buen momento para mostrar de modo concreto las diferencias de leer centrado en análisis literario, centrado en el hablante, que leer de modo historiográfico sicológico, centrado en el autor, en Pablo Neruda. No sólo es distinto, se obtienen resultados diferentes. Como “Residencia en la tierra” es una obra literaria, y no un libro de memorias de Neruda, simplemente la lectura en clave Neruda, si contradice a la obra literaria, lo podemos echar por la borda, y tomar mucha pena de aquello, pero sin el más mínimo remordimiento, y sin dar ni una excusa.
 
Solo indico el hecho. (En clave vida de Neruda ‘COMUNICACIONES DESMENTIDAS’ posiblemente esté inspirado en hechos muy posteriores, tal vez dos años posteriores en su vida al momento de la Maligna, que no vienen al caso aquí precisar… no afectan a la obra literaria.. no son parte de la obra literaria que estamos analizando, son parte de la vida de Neruda, de la “inspiración”, pero Neruda reestructuraba: su libro no iba a ser una mera colección de poemas.)
 
Lo significativo, al leer el poema de las comunicaciones desmentidas, es la enorme cantidad de trabajo textual de Neruda, para empalmar de todos modos ese poema al interior de la estructura residenciaria y sustraerlo del momento de su inspiración.
 
(Hay analistas que mezclan las cosas, y no son buenos ni en lo uno, ni en lo otro). En mi caso, no participo de esas escuelas literarias que creen que análisis literario es tratar de ir de la obra al autor o del autor a la obra, eso no es más que farándula literaria. Por el contrario, y declaro: rechazo tajantemente esos enfoques, no son análisis literario, son análisis sicológico, historiográfico, sicoanalítico, y en el peor de los casos: farandulero.
 
Lean “Diurno doliente” y verán cómo sus textualidades lo sitúan posterior a ‘Juntos nosotros’ y anterior inmediato a ‘Monzón de mayo’ y si esa dupla va exactamente antes o después de ‘COMUNICACIONES DESMENTIDAS’ no aporta demasiado.
 
Todos son poemas del momento de la residenciación, posteriores a ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ previos a ‘Tango del Viudo’.
 
Tiene cierta belleza situar ‘Monzón de mayo’ inmediato anterior a ‘Tango del viudo’. De ese modo la residenciación comienza y termina en el mismo día explícito de monzón.
 
Todos los poemas de la residenciación, y algunos de las post residenciación, son poemas de días monzónicos, o con referencias muy sutiles a esa estación, veámoslo para con los de la residenciación: (Y de paso, esa "estación" es la monzónica, no una de buses o ferrocarriles que por ahí, de modo muy descuidado, se ha sugerido para con 'Monzón de mayo', y su textualidad incluída de "estación": "El viento de la estación, el viento verde,...").
 
‘LA NOCHE DEL SOLDADO’: “Aguas de la noche, lágrimas del viejo Monzón,”. Muy explícito.
 
‘EL JOVEN MONARCA’: “… y mezclan como viento y hojas.”
 
‘Juntos nosotros’: “estrellas húmedas cada mañana,”. Estrellas en desorden humedecidas por el monzón.
 
‘COMUNICACIONES DESMENTIDAS’: “…una brusca humedad,”, “y esas aguas subcelestes…”
 
‘Diurno doliente’: “Qué vapor de estación lúgubre,”
 
‘Monzón de mayo’: “El viento de la estación, el viento verde, / cargado de espacio y agua,…”, “… partir la lluvia sus mitades / y al viento nutrido de aguas atacarlas…”
 
Para cuando ocurre ‘Tango del viudo’ la residenciación ya ha sucedido, la estrella en desorden ha sido convertida en la Maligna y ha sido abandonada, y queda convertida en símbolo de poesía pura, y poesía en general, en ‘Ángela adónica’, y entonces: ¿qué viene después?.
 
Después acaece el primer poema post residenciación, el primer poema plenamente residenciado, ese que cierra la unidad 1.2 en la apariencia del libro, el poema en verso que cierra la sección de los poemas en prosa. Ya no es en prosa… ya las cosas ocurrieron, ahora es en verso: se comienza a desplegar el mundo residenciario: ‘Entierro en el este’.
 
Recuérdese que durante el momento de la residenciación también hay poemas en verso. En ellos las cosas no ocurren, en ellos las cosas que ocurrieron o están ocurriendo, no se las describe, se las reflexiona, se las poetiza, se extraen sus momentos emocionales, afectivos: ‘Juntos nosotros’, o se las alegoriza: ‘Diurno doliente’ y ‘Monzón de mayo’.
 
 
 
‘Entierro en el este’


 
Es un arte poética donde, por medio de la descripción de los ritos de un entierro en el lejano este, se simboliza el entierro del amor del hablante para con la estrella en desorden. Ese amor ya no volverá jamás a la realidad. Tal vez sus recuerdos, pero no su vivencia en presente. Habrá sido enterrado en este poema.
 
La poseía vieja se la enterró junto al cocotero por medio de plantar un puñal para que renaciera como nueva poesía. El amor por la amada se lo quema y sus cenizas son esparcidas en el agua, para que del agua renazcan.
 
Ese es el papel, la función estructural del poema ‘Entierro en el este’.
 
Tiene otro estatus: Allí el hablante vuelve a su piel de hablante objetivo, como la usada en la primera parte de ‘Galope Muerto’, ya ha abandonado su piel de haciendo la noche del soldado, ahora ya plenamente residenciado, regresa a su piel de oro, a su máscara de poeta.
 
Es significativo, en ‘ESTABLECIMIENTOS NOCTURNOS’ el poema estructuralmente a continuación de ‘Entierro en el este’ el hablante mostrará la piel de poeta victorioso, pero, en éste, el entre manos para análisis, ¿qué hace?:
 
¡Hace el primer poema residenciado! El poema que finaliza la sección 1.2, y que está, ya no en prosa, sino otra vez en verso.
 
(¿Alguna vez se habían preguntado por qué los poemas en prosa tenían su remate, no en un poema en prosa, sino en otro en verso? Ya lo saben. Está de vuelta en la poesía, pero ya no en el mundo de los sueños, sino en la tierra; residenciado en la tierra. Ya no más haciendo la noche del soldado, y describiendo sus consecuencias; ahora vive la consecuencia de esa consecuencia. Es un poema de cierre de un sub ciclo. Del mismo modo, no se escribieron esos poemas en prosa poética, los escritos en prosa poética, porque Neruda estuviera su poquitín agotado... cansado, demolido, abatido, por haber abandonado a la Maligna, (y el ciframiento en verso fuera más difícil, lo que ha sido sugerido...), en su vida histórica... nada de eso: los escribió así para signarlos... allí ocurre algo significativo... dice la prosa; del mismo modo que escribió en cursiva, para signarlos, a los poemas del hablante residenciario que es un poeta: allí se está citando de un libro de poemas dicen las cursivas).
 
‘Entierro en el este’: “Yo trabajo de noche, rodeado de ciudad, / de pescadores, de alfareros, de difuntos quemados, / con azafrán y frutas, envueltos en muselina escarlata: / bajo mi balcón esos muertos terribles...”.
 
“Yo” nuevamente como en ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’, pero ya no haciendo esa noche, sino “trabajando”, es decir: escribiendo poesía. (Pero ambos son poemas, poesía, la diferencia está en el punto de vista en que se sitúa el hablante y lo que hace).
 
Es otro poema de arte poética en acción. Y además, curiosamente, re configura la tercera estrofa de ‘Unidad’. (Eso se verá mucho, mucho más adelante).
 
Esta es una nueva noche, una noche residenciada, no la noche de los sueños, ni la noche del soldado, ahora es la noche del poeta residenciado, una noche normal, esa que sigue al día, y en ella trabaja: hace poesía, y la hace escribiendo la poesía que estamos leyendo, que estamos completando, que estamos galopando ahora, y que galopará cada vez que se la lea, por eso que es también un arte poética encubierta, y meta poesía.
 
Y lo hace al balcón, abierto al mundo, ya no mirándose en los espejos, ni buscándose en los biógrafos; sino encontrándose en los demás, rodeado de ciudad, de pescadores, de alfareros y de difuntos quemados, se ve, se reconoce en los demás: poema de vida (de trabajadores como él) y de muerte; como es, ineludiblemente, toda vida de verdad; vida, trabajo y muerte. Un mundo histórico.
 
El hablante residenciario ha entrado definitivamente en la historia. Volvió a cambiar de piel. Abandonó la piel del soldado, pero no para regresar a la piel de poeta ensimismado, la del hablante en el viaje por los sueños, sino a una nueva piel, la del poeta residenciado, la del poeta en la sociedad, en la historia.
 
Y quienes lo rodean, ya no lo cercan como paredes, (como a través de su hablante, es decir, a través del hablante del hablante en ‘Unidad’, y son <no cosas> ahora son:  pescadores, alfareros, vivos o como difuntos quemados, todos ellos equivalentes a él mismo, artesanos; los únicos que percibe y son dignos de ser percibidos por un hablante anarquista. En 'Unidad' habíase dicho, cito: "Me rodea una misma cosa, un solo movimiento: ...".
 
Magnífico poema, 'Entierro en el este', de remate para la subsección de la residenciación en su apariencia.
 
Si ya no lo hubiéramos explicitado, podríamos retóricamente preguntar: ¿Qué lugar específico ocupará en el orden estructural, y qué función soporta?
 
Nótese que también es un poema alegoría, también es un entierro de flores, ahora calcinadas, (flores amarillas, ámbar, azafrán, como las que llevaba la estrella en desorden, o la esposa birmana, pues, lo que allí se está enterrando, en lo alegórico, también es el amor, ya renunciado, de ése que hizo la noche del soldado:
 
“… difuntos quemados con azafrán…” … “envueltos en muselina escarlata” … “entre el color de las pesadas flores envenenadas…” … “… sus corazones detenidos…” … “con la pierna y el pie hechos fuego,…” … “… y la trémula ceniza caerá sobre el agua / flotará como ramo de flores calcinadas…”:
 
el hablante quema a su amor, y él mismo se hace otra vez ceniza, en su amor quemado, esas flores calcinadas, para renacer otra vez.
 
Eso es el poema como alegoría. Por supuesto además se lo puede leer como un poema que objetivamente describe los ritos funerarios en el lejano este.
 
Y una sospecha: El primer poema ‘Galope Muerto’ fue un arte poética. El remate del libro dentro del libro es un ‘Arte poética’; el poema de la residenciación ‘LA NOCHE DEL SOLDADO’ es un arte poética; el poema centralizado, ‘Ángela adónica’ es un arte poética; este ‘Entierro en el este’, final de los poemas de la residenciación en su apariencia, es otro arte poética, y 'Tango del viudo', también lo es:
 
¿serán los otros poemas de cierre de sub secciones, y de final del libro, también poemas artes poéticas? Es esperable que así sea, pero no una obligación. Es un tema a investigar y tomar en consideración. Esta estructura tan compleja, simple, sutil, oscura y luminosa en que fue dejada “Residencia en la Tierra 1”, lo sugeriría, tal vez.
 
No es necesario para los propósitos de esta sección continuar con el análisis de ‘Entierro en el este’.
 
 
Fin del apartado 9
18-junio-2012.
frf
 
 
Adendum
 
 
 
Sorry, a las 18:30 estoy comprometido con hacer algo. Ya estoy medio atrasado. Posteo esto al blog. Después escribiré lo que sea adecuado, si algo, como adendum.
 
(... será sobre poética: qué parte del analisis literario es lo que se ha estado haciendo, y por tanto también: qué es un poema, y cómo se lo analiza... o cómo se lo debe analizar... y ya vemos que "Residencia en la tierra 1" no es más que un largo poema entregado en partes, en textos con la apariencia de poemas independientes.)
 
 
 
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